OPS/OMS Colabora para fortalecer la respuesta al COVID-19 en la Republica Dominicana

Esta publicación de blog es parte de la serie Pivoting in a Pandemic (Girando en una Pandemia) de Sabin, que captura las historias de líderes extraordinarios que se están adaptando para avanzar en la investigación y proteger la salud pública en medio de la COVID-19.
El Dr. Oliver Ronveaux es médico y epidemiólogo, especializado en salud pública y enfermedades tropicales. Se unió a la oficina central de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2001 como asesor del Programa de Inmunización y desde entonces ha ocupado diferentes puestos en distintas oficinas regionales. Luego regresó a Ginebra donde se desempeñó como encargado de la Unidad de Epidemias de Alto Impacto hasta que asumió la representación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS)/OSM en la República Dominicana.
Describa la situación de la COVID-19 en la República Dominicana y cómo está avanzando la distribución de vacunas.
La República Dominicana informó el primer caso importado de COVID-19 el primero de marzo de 2020, por lo que se convirtió en el cuarto país latinoamericano en confirmar un caso positivo. Hasta la fecha, el país ha afrontado tres grandes olas de COVID-19 y ha informado 334 836 casos. El aumento más reciente ocurrió en mayo y junio de 2021, con una incidencia de más de 2000 casos por día.
En general, a partir de la integración de todos los elementos de control de la COVID-19, las autoridades pudieron evitar el colapso de los servicios de salud, aseguraron una atención de calidad y al mismo tiempo la tasa de letalidad permaneció baja (por debajo del 2 %). No obstante, el impacto socioeconómico en la población, así como el impacto en la continuidad de otros servicios sanitarios es enorme.
En relación con la distribución de las vacunas, las autoridades nacionales han hecho un gran esfuerzo para asegurar suficientes vacunas para toda la población, principalmente a través de contratos de adquisición directa con diferentes productores, entre ellos, Sinovac, AstraZeneca y Pfizer-BioNTech, pero también se adhirieron al mecanismo COVAX. Desde el 16 de febrero, el Plan Nacional de Vacunación contra la COVID-19 empezó con la inmunización del personal de salud, luego las personas de edad avanzada y las personas con comorbilidades. A partir del 10 de mayo, comenzó la vacunación de personas mayores de 18 años y desde el 31 de mayo, se incluyó a la población de mayores de 12 años. Cientos de centros de vacunación fueron instalados, la mayoría ofrecía servicios de inmunización siete días a la semana y con un horario extendido.
En un plazo de seis meses, más de 4 millones de personas recibieron una segunda dosis de la vacuna contra la COVID-19, lo que representa el 39,5 % de la población total.
Describa brevemente su función en la República Dominicana y su implicación en la pandemia y el plan de vacunación nacional.
En cuanto representante de la OPS/OSM en el país, mi función principal es trabajar con las autoridades nacionales para cooperar técnicamente con el país y avanzar en la implementación de programas para luchar contra enfermedades y sus causas, para fortalecer los sistemas de salud y para responder a emergencias y desastres.
La oficina de la OPS/OMS en el país trabajó en coordinación con las autoridades nacionales en acciones para preparar, mitigar y contener la pandemia. Estos esfuerzos dieron como resultado la elaboración de un Plan de Contingencia para la COVID-19, basado en los nueves pilares del Plan Estratégico de Preparación y Respuesta a la COVID-19, que incluyó la creación de comités intersectoriales y multisectoriales relativos a la COVID-19.
Uno de los éxitos principales de la respuesta del país fue vincular los sistemas públicos, privados y militares, lo que contribuyó a evitar la saturación de las camas en los hospitales y en las unidades de cuidados intensivos (UCI) en la mayor parte del país.
A través de la cooperación técnica, la capacitación y las donaciones, colaboramos para fortalecer las capacidades nacionales, usando la respuesta a la COVID-19 para construir sistemas más fuertes.
Por ejemplo, la OPS/OMS trabajó con la Dirección Nacional de Epidemiología (DNE) para establecer una Sala de Situación y un Centro de Inteligencia en Salud Pública (CISP). Esto representó un hito para la vigilancia y la capacidad de análisis de datos del país a fin de tomar decisiones respecto a la salud pública: mientras que el Ministerio de Salud tenía ya una Sala de Situación existente, esta carecía de funciones ofrecidas por el CISP, como, por ejemplo, la conexión en tiempo real con las Salas de Situación en las Direcciones de Salud Provinciales en el país.
Ahora se está utilizado para la vigilancia de otros eventos epidemiológicos, como el dengue y la tuberculosis.
La colaboración de la OPS/OMS ha incluido la contratación de equipos de respuesta rápida para responder a la emergencia en las provincias, incluida la contratación de cerca de 140 profesionales, como epidemiólogos, especialistas en laboratorio, personal para la entrada de datos y entrevistadores, con el apoyo financiero de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés).
La OPS/OMS también ha apoyado la capacitación del personal del Laboratorio Nacional de Salud Pública Dr. Defilló (LNSPDD), facilitando su participación en un taller sobre detección y diagnóstico de laboratorio del SARS-CoV-2, realizado en México en febrero por la OPS/OMS y el Instituto de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica del Ministerio de Salud de México. Además, la OPS/OMS donó equipos y provisiones para aumentar la capacidad de procesamiento de los análisis de PCR de SARS-CoV-2 en plataformas abiertas y cerradas, así como medios de transporte viral y kits de extracción. El 6 de noviembre 2020, la OPS/OMS donó 15 000 pruebas rápidas de antígenos al Laboratorio Nacional para ayudar a expandir el diagnóstico a lugares remotos y hacer más fácil para el personal de primer nivel detectar y aislar a las personas. Desde el 30 de noviembre, el país cuenta con diez laboratorios, cinco públicos y cinco privados, autorizados para realizar pruebas de PCR.
La OPS/OMS proporcionó el apoyo técnico y financiero para la preparación de los centros de atención sanitaria para pacientes con COVID-19 y también para la definición de los protocolos de manejo y atención de casos. Este trabajo incluyó el desarrollo de herramientas (matrices dinámicas) para fortalecer el informe de la tasa de ocupación de las camas de hospitales y las camas de UCI, el uso de respiradores y el alta de pacientes, además de la colaboración con el Servicio Nacional de Salud (SNS) para analizar las necesidades de centros sanitarios a fin de permitir la expansión de camas de hospital y de UCI. La OPS/OMS también brindó cooperación técnica al SNS para la recopilación de datos (matrices) relativos a los recursos existentes (camas, provisiones, equipo y personal sanitario) y para identificar carencias en los centros de salud en entornos complejos.
La Organización también colaboró en la respuesta del SNS a través de planes de organización y expansión de servicios de salud, que dio como resultado la evaluación, la designación y la preparación de centros especializados de atención sanitaria (CEAS), equipados con camas de hospital y UCI específicamente para pacientes con COVID-19 en condiciones críticas o graves que requerían aislamiento o apoyo vital especializado. También apoyamos el desarrollo de directrices y protocolos para la vigilancia del síndrome inflamatorio multisistémico en recién nacidos, niños y adolescentes asociado con la COVID-19.
La coordinación con otras agencias del sistema de las Naciones Unidas y miembros de la sociedad civil también fue esencial. Más de mil personas fueron capacitadas en la prevención y las formas de mitigación de la COVID-19 a través de una serie de 16 seminarios en línea dirigidos en conjunto por la OPS/OMS, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), el Ministerio de Salud y la Escuela Nacional de Migración. Estas sesiones, destinadas al personal de salud y a la comunidad en general, abordaron temas como el uso correcto del equipo de protección personal, la desinfección de espacios públicos, el manejo de la enfermedad por coronavirus en mujeres embarazadas y recién nacidos y las directrices de prevención básica para la casa y la comunidad.
La Organización también llevó a cabo un proyecto con la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PUCMM) para fortalecer las capacidades del primer y segundo nivel de atención en el contexto de la COVID-19, en las provincias fronterizas de Dajabón e Independencia. La información obtenida de este proyecto contribuirá para mantener servicios de salud esenciales en la zona.
Gracias a la colaboración entre la OPS/OMS, el ACNUR y la IOM, los habitantes de zonas rurales y fronterizas han sido informados con mensajes sobre la prevención de la COVID-19 a través de la difusión de mensajes de radio en español y creole, un idioma hablado por la mayoría de la población haitiana.
Estos mensajes fueron transmitidos por la red de estaciones comunitarias, dependiente de la Oficina para la Coordinación de Políticas Sociales de la Vicepresidencia de la República, que conforman los Centros Tecnológicos Comunitarios (CTC). Para llegar a las poblaciones vulnerables, la OPS/OSM produjo nueve mensajes de radio sobre la prevención de la COVID-19 dirigidos a adultos mayores, personas que viven con el VIH y personas involucradas en el consumo nocivo de alcohol, que también fueron transmitidos por la red comunitaria de radio.
¿Cómo ha colaborado la OPS con el Gobierno dominicano y los otros socios en la preparación y ejecución de la campaña de vacunación?
La OPS trabajó con el Programa Ampliado de Inmunización nacional en el desarrollo del Plan Nacional para la introducción de la vacuna contra la COVID-19 y también en la preparación de las directrices operacionales técnicas y los manuales para vacunadores y supervisores. Contribuimos a una revisión de la capacidad de la cadena de frío.
También apoyamos el programa mediante la elaboración de directrices para la continuidad de los servicios de inmunización durante la pandemia y la planificación de las vacunas y las provisiones requeridas para el 2020 y el 2021. Además, la Organización donó 3050 mascarillas para el personal de vacunación para contribuir a la prevención de infecciones.
La Organización también colaboró en la preparación de las directrices operacionales técnicas, manuales para vacunadores y supervisores, carpeta del portavoz y otras herramientas que fueron utilizadas en el proceso de capacitación del personal de salud.
Asimismo, la OPS/OMS apoyó la estrategia de marketing digital a través de la cuenta «VacunateRd» en Twitter, Facebook e Instagram, un espacio creado para educar a la población en general con información relativa a la campaña de vacunación, los mitos y las verdades sobre la vacuna y otros asuntos relacionados.
La OPS acompañó al país en su inclusión en el mecanismo COVAX, por el cual la República Dominicana recibirá 2 millones de dosis de la vacuna durante el 2021.
¿Cuáles son algunas lecciones clave aprendidas en la República Dominicana sobre la preparación para la distribución, el acceso y la equidad de la vacunación?
En la carrera global en la que los países de ingresos altos llevaron la delantera, la República Dominicana afrontó retrasos significativos en la entrega de vacunas, incluidas las del mecanismo COVAX. Sin embargo, desde el comienzo, las autoridades del país establecieron metas muy ambiciosas (que el 80 % de la población fuera vacunada en 2021) e invirtieron en consecuencia, principalmente, a través de acuerdos bilaterales. Gracias a estos esfuerzos, el país se aseguró suficientes dosis para la población.
Las autoridades locales buscaron y obtuvieron apoyo del sector privado, el cual ha invertido recursos en las campañas de comunicación para promocionar la vacunación y para otros componentes operacionales del Plan. La coordinación multisectorial fue muy útil para los logros alcanzados en la distribución de la vacuna.
En la fase de preparación, el país trabajó para mejorar la cadena de frío para asegurar la distribución de las dosis a nivel nacional y garantizar la seguridad y la calidad de las vacunas, especialmente con las vacunas como la de Pfizer que requiere temperaturas muy bajas de almacenamiento.
Hubo desafíos técnicos y políticos relacionados con la inclusión de la población indocumentada en el plan de vacunación, teniendo en cuenta que la República Dominicana tiene una población considerable de inmigrantes indocumentados, la mayoría provenientes de Haití. La OPS/OMS y otras agencias de la ONU y socios insistieron en la creación de mecanismos para garantizar el acceso a la vacuna para estos grupos. Pocos meses después del comienzo del Plan de Vacunación, las autoridades anunciaron que una persona sin documento de identidad podía recibir la vacuna si asistía a un centro de vacunación acompañada de una persona apropiadamente identificada. Esta medida fue un paso importante hacia un acceso más equitativo en la distribución de las vacunas en el país.
Otros desafíos que afrontaron las autoridades locales incluyen la reticencia inicial de diferentes grupos de la población a vacunarse y, debido a que el país hizo acuerdos con distintos fabricantes, algunos s grupos querían esperar determinadas marcas de vacuna que demoraron más tiempo en llegar al país. Las autoridades han mantenido componentes fuertes de comunicación y han actualizado los mensajes clave constantemente.
¿Qué ha aprendido respecto a la participación comunitaria y la comunicación sobre la vacunación para la población en general?
Como fue mencionado arriba, ha sido imperativo para las autoridades locales tener campañas de comunicación para informar a la población sobre la logística del Plan de Vacunación y, al mismo tiempo, contrarrestar las noticias falsas y la infodemia que se ha desarrollado alrededor de la pandemia y de la vacuna contra la COVID-19. Por ejemplo, el Ministerio de Salud mantiene conferencias de prensa semanales para brindar actualizaciones sobre la situación de la COVID-19 y el desarrollo del Plan de Vacunación. Esto le proporciona a la población general un sentido de transparencia al tener una fuente autorizada de información regular.
Además de las campañas y las conferencias de prensas regulares, el Ministerio de Salud implementó días de vacunación comunitarios y ubicó centros de vacunación en las comunidades para que fuera lo más fácil posible para todo el mundo acceder a los servicios de inmunización. Se comprobó que estas medidas tuvieron éxito porque ha habido una concurrencia excelente. Este enfoque demostró la importancia de trabajar conjuntamente con los líderes comunitarios para entender las ideas y las circunstancias que hacen que los miembros de la comunidad no se vacunen.
Por sus canales oficiales, la OPS/OSM, las agencias de la ONU y muchos otros socios han colaborado con la difusión de la comunicación orientada a motivar a las personas a vacunarse y combatir los mitos y las dudas sobre la vacuna contra la COVID-19.
¿Espera que la República Dominicana salga fortalecida al reforzar los fundamentos de un sistema de salud equitativo?
Sí, creo que el país puede salir más fuerte después de esta emergencia que ha afectado no solo el sector de salud, sino todos los aspectos de la sociedad y la economía.
Por ejemplo, el Gobierno ha implementado diversos beneficios de asistencia social para grupos económicamente vulnerables. Un buen ejemplo es el programa social más reciente que se llama SUPERATE. Este programa tiene tres pilares, que son el desarrollo de la capacidad, la inclusión productiva y el fortalecimiento económico; la protección de grupos vulnerables, y sistemas de cuidados. Cada pilar está basado en un Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2030 y abarca componentes diferentes como la salud, la seguridad alimentaria y el apoyo para emergencias, la inclusión económica, la vivienda, SUPERATE para mujeres, acompañamiento sociofamiliar y otros.
La OPS/OMS se ha asociado con otras agencias de la ONU para colaborar con el país sobre este asunto. La Organización ha contribuido a la Evaluación de Recuperación de la COVID-19 (CRNA, por sus siglas en inglés) dirigida por el Ministerio de Economía, Planificación y Desarrollo en coordinación con otras agencias de las Naciones Unidas. Esta iniciativa identifica carencias y necesidades adicionales de recuperación social y económica, para avanzar en la formulación de estrategias de recuperación y guiar la reorientación presupuestaria del país y la cooperación internacional. La mejora del sistema de salud es fundamental en esta evaluación.
Sin embargo, es una prioridad asignar más recursos para el sector de salud e implementar una estrategia fuerte de atención primaria, no solo para la República Dominicana, pero también para la mayoría de los países en Latinoamérica y el Caribe. La OPS/OMS aboga fuertemente por la necesidad de incrementar los gastos en salud pública a, por lo menos, el 6 % del PBI e invertir por lo menos el 30 % de estos recursos en el primer nivel de atención. La pandemia actual refleja la urgencia de esta llamada para tener sistemas de salud más resilientes ante emergencias futuras.
¿Quisiera compartir algo más respeto a la OPS o su trabajo?
Como parte de la respuesta a la pandemia, la OPS/OSM adaptó sus líneas de cooperación técnica para apoyar el mantenimiento de los servicios esenciales en las áreas de enfermedades transmisibles, la salud materna e infantil y las enfermedades no transmisibles y la salud mental. Me gustaría proveer algunos ejemplos exitosos de lo que ha alcanzado la Organización en estas áreas.
Con el apoyo de la Organización, durante el 2020 la República Dominicana se convirtió en el segundo país en la región en implementar el curso virtual de manejo clínico del dengue en el contexto de la pandemia, a través del cual 20 facilitadores nacionales fueron capacitados. Además, el país tuvo un Plan de Respuesta a la Malaria en el campo de la COVID-19 desde julio de 2020, así como también un Plan Nacional para la Respuesta a los Brotes de Dengue y otros arbovirus.
Reducir la morbilidad y la mortalidad materna es una de las prioridades del país. Gracias al apoyo de la Organización, más de 700 profesionales de la salud fueron capacitados en salud maternal, infantil y adolescente en el marco de la COVID-19.
Igualmente, la OPS/OMS ha acompañado al Ministerio de Salud y al Servicio Nacional de Salud en una serie de actividades, como la expansión del programa HEARTS a través del país, con la intención de situarlo como una herramienta crucial para la prevención de la COVID-19 en pacientes con enfermedades cardiovascular y otras enfermedades no transmisibles. La OPS/OMS también ha apoyado la organización y la capacitación de una red de más de 700 psicólogos y psiquiatras voluntarios que proporcionan asistencia psicológica a personas afectadas por la COVID-19 y a sus familias, así como al personal en la primera línea de batalla (médicos, enfermeros, policías y otros).